Acerca del Blog

Hola amigos, empiezo esta nueva etapa de mi vida en el campo de la investigación de la violencia extrema desde los campos del conocimiento científico y empírico.

Este blog tendrá una función social con plena vocación de servicio; será un punto de encuentro principalmente para ciudadanos que, bien por su actividad profesional o bien como víctimas de haber sufrido o sobrevivido a un episodio de este fenómeno antropológico y social de la violencia extrema, que es consustancial a la propia naturaleza del ser humano como un animal que es, aunque a través de la racionalidad, la inteligencia y la cultura para dominar los instintos más atávicos en unos compartimentos estancos o no que iremos descubriendo en este portal con la ayuda de todos.

Sobre la violencia extrema se ha escrito mucho, en mi opinión se ha vertido muchos mantras, cuentos y leyendas sobre esta acción humana, demostrarlo será uno de los fines principales de este blog; pues puede ser desatada tanto por el que la provoca como por el que se defiende de ella.

Por tanto, podemos partir ya de la base que el concepto de este fenómeno tiene el carácter de neutro; siempre se ha asociado al que lo provoca de forma gratuita, pero esto no es cierto, también la puede desatar el que se defiende, pues de facto y de iuris, existe en nuestro Código Penal la eximente del miedo insuperable en el art. 20.6, su texto dice literalmente “El que obre impulsado por miedo insuperable” como causa de justificación de la violencia y, además, en esas situaciones de un miedo cualificado como insuperable, que llevado al mundo real estaríamos en contextos del terror extremo. Tanto es el carácter neutro de esta acción/reacción humana, que las propias naciones del mundo a través de normas legales tienen dispuesto la aplicación de la violencia extrema tanto para defenderse de agresiones externas como para imponerla para combatir a los desafíos internos que pretendan romper la paz interior en sus respectivos territorios, lo que generalísticamente conocemos con el término “monopolio del uso de la fuerza”.

De todo lo que he podido leer sobre esta materia me he percatado que hay mucha literatura escrita pero basada en el conocimiento teórico, pero, por el contrario, existe muy poca en el conocimiento empírico sobre las experiencias personales de autores de violencia extrema, ya bien sea en calidad de provocadores como de defensores.

Después de esta introducción ecléctica que daría para escribir ya de por sí una obra completa de investigación, vamos a intentar redactar una definición que nos pueda servir como concepto de partida más o menos según los usos y costumbres contemporáneos de nuestra época.

Violencia básicamente sería toda acción verbal o gestual agresiva llevada a cabo por una o grupo de personas encaminada a coaccionar o doblegar la voluntad de otra o grupo de las mismas para que hagan o se abstengan de hacer algo, bien porque exista un imperativo legal que así lo mande o bien porque los que apliquen la violencia lo hagan a título propio o en nombre de terceros libérrimamente.

Violencia extrema sería una violencia cualificada, donde esa coacción verbal o gestual penetra en la esfera de la integridad física o propia vida del que la recibe, bien ocasionando daños psicológicos o bien daños físicos; sufriendo una perturbación más o menos acusada de su capacidad volitiva y cognitiva para poder evitar el alcance de sus efectos.

La violencia extrema no tiene porqué siempre tener por destinatarios a las personas, también puede desplegar sus efectos sobre los animales, los bienes y las cosas.

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Uno de los ejemplos más inquietantes y paradigmáticos que despliega la violencia extrema contra todo lo que se le oponga a sus fines que está sufriendo nuestra sociedad en los últimos años desde el inicio del nuevo siglo, es el modus operandi criminal del asalto a los domicilios de los ciudadanos indefensos, donde se emplea la violencia extrema sobre los bienes, los animales y las personas. Esta modalidad de violencia extrema lleva una serie de factores añadidos que realmente son una espoleta con carga retardada para sus víctimas, pues las secuelas de sobrevivir a una experiencia vital traumática de esta especial naturaleza, marcarán el resto de las vidas de estás víctimas; la prueba palmaria de ello son el cuadro cronificado del trastorno por estrés postraumático.

Casimiro Villegas es un policía sobreviviente a la violencia extrema, discapacitado por TEPT, Licenciado en Derecho, Perito Experto en el Uso de la Fuerza Legal y asesor en violencia extrema.